Alfredo Holguín M.
- Alfredo Holguin M.
- Tynset, Hedmark, Norway
- Hola. Soy un colombiano que trabaja a diario por la construcción del horizonte de la esperanza. En este blog quiero compartir mis elaboraciones sobre temas de análisis político que son producto de muchos años de estudio, discución y lucha.
martes, 14 de diciembre de 2010
VARGAS LLOSA: ENTRE LAS FICCIONES INGENIOSAS DEL LENGUAJE Y EL CRETINISMO POLÍTICO
martes, 27 de abril de 2010
Ráspale la piel a un Angelino y encontrarás a un Garzón
ya no trata de vaciar el agua sucia de la revolución (...)
descubre que el niño es un monstruo al que hay que estrangular.
Isaac Deutscher
Pero la Derecha jamás pensó que después de tanta masacre, burla, conejo etc., se diera paso a la construcción unitaria del PDA, como una síntesis de la oposición, que con heroísmo civil, ha transitado los más difíciles escenarios. Y desde luego, aparte de la represión y el asesinato permanente, el PDA se convirtió en su principal objetivo por destruir, al punto que, gracias a su macartismo y represión sin distingo, empujaron a un importante sector de la población al uribismo, unos por acción y otros por omisión. Al PDA le achacan los errores de la insurgencia, como si fuera su responsabilidad y de manera cizañera también nos culpan de los errores de la izquierda del vecindario, eso sí, sin reconocer nunca los aspectos positivos, ni, mucho menos, relacionarlos.El susto de ver a una izquierda reorganizándose, siendo capaz de dirimir sus asuntos con vehemencia pero sin divisiones, llevó a la Derecha a cambiar el libreto. Así pues, dado que ni el asesinato, ni los mal llamados falsos positivos, ni los fraudes electorales han amilanado al PDA, tuvo que recurrir a estratagemas de vieja usanza como lo es la cooptación de dirigentes para generar confusión.
Militante del PCC(PDA)
Miembro de la Fundación Walter Benjamin
Tynset, Noruega. Abril 27 de 2010
http://www.blogspot.com/
martes, 13 de abril de 2010
Carlos Gaviria y la Tesis III sobre Feuerbach
hoy lo más honrado es luchar.”
Militante del PCC (PDA)
Miembro de la Fundación Walter Benjamin
Tynset, abril 12 de 2010.
lunes, 5 de abril de 2010
Mockus o Petro. Un voto rodando por la cinta de Moebius

En una lucha política tan precaria, donde Santos tiene que consultar el alma de Uribe, Noemí invocar a “Leidy Di” y Angelino al milagroso de Buga –que, de paso, no habla muy bien de sus profesores de marxismo-, el entusiasmo, la simpatía y otros tantos livianos adjetivos que arrinconan al sustantivo y no dejan conjugar el verbo pensar, se convierten en las palancas para mover el electorado. Pero, en medio de lo terrible siempre es bueno conocer lo peor, pues, se supone que quienes nos movemos dentro de ese 20% de los herejes, algún criterio tendríamos a la hora de tomar posiciones en política. Francamente, esperaba que más allá de ese alto porcentaje de hinchas uribistas, hubiese algo de opinión crítica en el resto, pero, al parecer, el pensamiento de derechas es una pandemia.
En ese sentido, el llamado es a ese sector que es capaz de discernir, por encima de sus comodidades materiales. ¿Es casual que cierto oportunismo pida la unidad de aquellos cuyo su lema de campaña es “ni uribistas ni antiuribistas”? No, no lo es. Como tampoco es circunstancial que ambos hayan sido efectivos administradores neoliberales de importantes centros del capital y aconductadores cívicos. Lo de matemáticos, en cambio, sí lo es; pero, el fondo está en el uso y abuso de camisetas éticas de moda, que se portan según el color del firmamento Neoliberal.
Lo positivo del asunto es que estamos frente a personas que saben lo que hacen y ambos, de sobra, han de entender el planteamiento aristotélico que dice que “no se puede ser y no ser al mismo tiempo y bajo el mismo aspecto”. Si yo no soy ni uribista ni antiuribista bajo la misma coyuntura, ergo, soy un oportunista. Uno no puede andar con estandartes éticos y de buen comportamiento, cuando le abre las compuertas a la inmoralidad del capital y cohonesta con mezquinos comportamientos sociales. En últimas, nos quieren poner a elegir entre los capataces del ubérrimo y los administradores de las trasnacionales: unos matan con motosierra y otros son cómplices de la muerte imperceptible. Concedo que, los segundos, dan un poco más de tiempo para reaccionar.
Veamos las argucias del Mockusismo- Fajardimo y su bufón de turno.
- Nada más politiquero que autodenominarse apolítico
Una argucia que el señor Mockus nos vendió, fue la idea que él era antipolítico, que los partidos no servían para nada y que lo más sucio que había era el parlamento y las alianzas; que patatín patatán. Pero, resulta que le gustó ser candidato una y otra vez, buscar votos, ir al parlamento, fundar partidos y eso sí, las alianzas desde Noemí, pasando por camuflarse como indígena. En materia de alianzas, resultó muy astuto, hasta el punto de juntar lo injuntable en el PVC, ¡aaah! Eso sí, sin ir a molestar a Uribe; es decir, sin gente de izquierda, sin el PDA, sólo con renegados. En conclusión, la antipolítica – herramienta del Consenso de Washington- resultó ser la llanta de repuesto del establecimiento para oxigenar “las oligarquías emergentes”, que reemplazaron la vieja dirigencia política, por una tecnocrática de pensamiento único y felices porque el neoliberalismo es El Fin de la Historia.
- La croactividad, un legado tan grande que hasta Uribe lo copió
No está bien que cierta “opinión” bien informada se comporte como Funes el memorioso de Borges, que tenía capacidad de recordar lo que le interesaba pero no de proyectar. A muchos se les olvidó que cuando Uribe nos propuso sus sapitos universitarios, la idea ya tenía marca registrada desde la administración Mockus del año 2003, cuando planteó que el sapeo sería la solución para resolver los problemas de convivencia ciudadana.
- Los rasgos indígenas de Mokcus/Fajardo y el uso instrumental de lo raizal
Si en algo ha sido cuidadoso el PDA, es en interlocutar con reconocimiento y actuar en luchas concretas con el movimiento indígena y el movimiento raizal. Otra experiencia es la que han vivido estos “Verdes”, que asumen el nombre indígena según la oportunidad para inscribirse, sumar unos cuantos votos y después cambiarse la camiseta. Una cosa es la comprensión de este asunto social como nos lo enseñó el maestro Orlando Fals Borda, y otra muy diferente es el uso instrumental hecho por Fajardo y Mokcus, manipulando la cuestión indígena. Si ellos con sus rasgos tan raizales, y fueran unos convencidos de la lucha de los pueblos originarios, ¿porqué no continuaron llamándose ASI? Quizás el verde les calzaba mejor para la ocasión.
- No debemos olvidar que Antanas abrió las compuertas a la autofinanciación de la UN
Con consecuencias tan ciertas, por lo funestas, que hasta el megauribista rector Wasserman se atrevió a desafiar al caudillo armándole un sindicato de rectores para pedir financiación de la universidad pública, imitando a esas turbas de revoltosos que tanto les molestan. Mockus ejecutó con sobresaliente aplicación las políticas de ‘Apertura Educativa’, siendo el rector nombrado por la dupla Cesar Gaviria/Hommes. Pero, además, no hay que olvidar que en su alcaldía implementó el sistema de concesiones basado en la Ley 715 de 2001. Sería muy extenso reseñar el daño hecho a las Empresas Públicas del Distrito.
- No todo lo verde es ecológico
Es caricaturesco, el nombre de Partido Verde; frente a lo que significan sus postulados. El legado es claro, ciudades organizadas para que quepan más carros y transiten mejor las mercancías, es decir, ciudades más grises y cuadriculadas para la confianza inversionista. El grupo más avanzado de estos “verdes” representa un ecologismo ligth, cuyos slogans buscan calmar la mala conciencia de las capas medias, que tienen información de los graves daños que el industrialismo ha causado al medio ambiente, pero se pintan de verde para poder seguir consumiendo, sin tanto remordimiento, productos con verde maquillaje. ¿Será que esta agrupación es capaz de hacer un programa ecológico antisistémico? ¿Será que el señor Peñalosa es capaz de ceder frente sus ganancias de Transmilenio S.A. y dejar de atravesarse al sistema masivo de transporte? ¿Quién los vio comprometidos en sacar adelante el referendo del agua? Siendo amigos todos ellos del TLC, ¿cómo van a combinar su aplicación con los devastadores megaproyectos?
Así pues, que echar a rodar el voto por Mockus es como salir a trotar por la cinta de Moebius. En el camino nos encontraremos, según el momento, a un antipolitico, un centrista, un demócrata, un aconductador, un administrador y, en fin, volveremos en complejo viaje al punto de partida invertido y nos encontraremos con lo que es: un administador de la Nueva Derecha. En tal sentido, no hay que dejarse llevar por espejismos y redoblar los esfuerzos por ganar a ese grupo para que salga del analfabetismo funcional en política. Por el contrario hemos de fortalecer lo más parecido a una alternativa para sacar a Colombia de esta crisis: el PDA. Claro, hay que gozarse creativamente el viaje por la cinta, pero eso sí, siempre teniendo a mano la ecuación –léase programa- que nos permita, en todas las circunstancias y planos, estar ubicados a la izquierda.
sábado, 3 de abril de 2010
-Acerca de las elecciones parlamentarias en Colombia del 14 de marzo de 2010-
sino para despertar a los adultos »
Francois Valley
Los pitonisos del pasado con facilidad y frecuencia opinan ex post facto, acomodando sus análisis a los resultados. Es decir, no se equivocan. Otros hacen caso omiso de la realidad, haciéndose los de la vista gorda con sus fallidos pronósticos. Como si nada hubiese sucedido, rápidamente inician sus nuevas especulaciones; es decir, no se inmutan. Y otros, cuando sus deseos encuentran dificultades se declaran optimistas, para luego, y según el sol del día declararse pesimistas. Su pesimismo u optimismo lo acentúan al vaivén de lo que bonachonamente han de pronosticar y recetar, cual meteorólogos del «alma». De fácil uso, la dupla optimismo-pesimismo se convierte en aspirina que calza en todos los «estados de ánimo» de la gente. Es decir, estos tampoco se equivocan.
La verdad monda y lironda, si sacáramos al PDA y a una pequeña parte de la agrupación coyuntural Partido Verde y el liberalismo, es que el variopinto mundo de la derecha colombiana se ha apuntado más del 75% del parlamento, pero con dos agravantes para la lucha venidera: a) el establecimiento logró una parcial pasteurización, pues las cualidades de producto quedaron mejoradas, cuidándose que los para-organismos más visibles pasaran a los denominados partidos cloacas, y b) queda en el ambiente –nacional e internacional-, que a pesar de todos los males estamos frente a un legítimo juego democrático.
- Levantar la imagen del PDA como el único sector organizado –desde adentro del sistema- que lucha por los intereses de los trabajadores; como la reserva ética donde tienen cabida los y las colombianas que votan conscientemente, además de ser la síntesis más importante del pueblo colombiano en más de 80 años de lucha. No podemos perder de vista que, a pesar de nuestras falencias, no somos un grupo coyuntural que emerge sólo para unas elecciones, sino que tenemos perspectivas de poder y no sólo vocación de administradores del modelo. Quizás, la urgencia de la coyuntura nos obligue a actuar siguiendo a los hechos –alguna alianza pasajera-, pero ello no nos debe hacer caer en el error de desdibujar el proyecto, cometiendo la irresponsabilidad de dejar a los trabajadores sin un instrumento para la lucha política. Está demostrado, los garzones pasan –desde luego, hacen daño- pero el proyecto continúa, pues el ideario de unidad no es una camisa de poner y quitar según la corraleja, es el germen de un programa transformador.
- Cerrar filas alrededor de la candidatura presidencial del PDA, donde recojamos e integremos en un único esfuerzo la capacidad de trabajo que cada uno de nosotros hizo para sacar adelante la candidatura de su grupo o sector. Colocar en práctica el trabajo de base, municipio por municipio, que le dio a Petro resultados positivos en la consulta interna. Colocar toda la infraestructura popular al servicio de la candidatura del PDA tal como lo hicimos cuando derrotamos el referendo uribista –oct. 2003- y, desde luego, sacar a relucir la capacidad de cientos de militantes. Unamos la inteligencia de Gaviria con la lección de alta política de Navarro, quien maduramente se puso la camiseta de su adversario interno.
- En la medida en que casi todos somos de cultura judeo-cristiana, deberíamos hacer una introspección como militantes de izquierda y auto-examinarnos hasta dónde nuestras actuaciones hacen más parte del individualismo liberal y de la terrible sociedad de consumo, por más que nos justifiquemos. Yo no puedo ser dirigente sindical sólo pensando en el fetiche parlamentario, yo no puedo «hacer carrera política» para salvar mi suerte a nombre de nobles ideales, yo no puedo socializar mis errores y privatizar mis logros, pero de ninguna manera –parafraseando a E. Zuleta- puedo juzgar a los demás por sus resultados, pero a mí mismo por mis pretensiones.
- Tenemos importantes herramientas políticas que han contribuido a generar momentos de crisis –por las alturas– del establecimiento, pero hemos descuidado de manera imperdonable la organización del PDA en sus estructuras de base. Hemos tenido alumbramientos en luchas políticas centrales como la denuncia contra el paramilitarismo, los TLC y luchas puntuales de los indígenas, trabajadores y estudiantes; sin embargo, si bien esas luchas hacen parte de los acumulados colectivos, no los hemos podido asimilar orgánicamente. Son esas construcciones sociales las que nos pueden garantizar empujar la crisis hacia la base de la pirámide y allí sí dar saltos cualitativos, lo demás es ilusión.
- Es necesario colocar en el escenario de la lucha política la pertinencia de una Asamblea Nacional Constituyente. Si bien es cierto que hay que defender los aspectos positivos de la Constitución del 91, no podemos perder de vista que éstos han sido en buena medida vaciados de contenido y la actual correlación de fuerzas seguramente permitirá más contra-reformas. Hay que dar el salto para volver a dar relevancia a los grandes problemas, donde las batallas nos obligarán a niveles más cualificados de la lucha e, incluso, en tener que ir más allá del intercambio humanitario, lo que necesitamos es un escenario para ventilar los ejes que permitan avanzar –sin instrumentalización del asunto de la Paz- a una solución política negociada. De lo contrario, podemos correr el riesgo de convertirnos en parte del paisaje, y en mera justificación de quienes ejercen el poder.
El cuentero Francois Valleys dice bellamente que «los cuentos no deberían ser para hacer dormir a los niños, sino para despertar a los adultos». En nuestro contexto, y con la responsabilidad que nos corresponde, deberíamos hacer esfuerzos por analizar la realidad más como una aporía, o de lo contrario seguiremos de moraleja en moraleja hasta marchitar la esperanza. Siempre es bueno recordar que es mejor ser dirigente por encargo social que por aspiración personal, y la buena lectura de Esopo y Zenón, ha de servirnos, como nos lo ha repetido el maestro Gaviria, para ser políticos en el sentido de Platón.
Militante del PCC (PDA)
Miembro de la Fundación Walter Benjamin
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