Alfredo Holguín M.

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Tynset, Hedmark, Norway
Hola. Soy un colombiano que trabaja a diario por la construcción del horizonte de la esperanza. En este blog quiero compartir mis elaboraciones sobre temas de análisis político que son producto de muchos años de estudio, discución y lucha.

martes, 4 de junio de 2013

Alianza para el Pacífico (AP) o, Quinta columna huérfana del ALCA

Haber alcanzado gobiernos de centro e izquierda y haber hecho retroceder al neoliberalismo no significa que el monstruo del ALCA haya muerto

En la pasada cumbre de la Alianza para el Pacífico (Cali, Colombia, 20 al 24 de mayo de 2013), la prensa amarilla colocó el foco en la parafernalia del libreto del presidente Santos, quien dijo que esta cumbre adquiere “importante peso en el escenario mundial”, y que este es “el siglo del Pacífico y de América Latina”. La Alianza para el Pacífico (AP), dicen los corifeos, parte en dos la historia del Pacífico, al punto que, si Paul Rivet hubiese conocido al cuarteto neoliberal de la AP sus teorías poblacionales desde el Pacífico hubiesen gozado de mejor y mayor fama mundial. Ni siquiera Deng Xiaoping, el impulsor de las cuatro modernizaciones en China (1978) se salvó, pues Santos no se ruborizó al citarlo y hacer la comparación. El sainete también incluyó en su libreto una ‘imprevista’ y ‘coincidente’ visita del vicepresidente del imperio, Joe Biden, quien, estupefacto, exclamó: “¡Pero qué cambio!” Seguidamente y pasando revista en un campo de explotación para la producción de flores de capital gringo, el funcionario gringo rogó (risas…) a Santos que le permitiese a los EE.UU ser observador en la AP, pues una economía con un PIB (nominal) de 15 088 000 millones de dólares, necesita y confía su futuro a la ‘locomotora’ de la economía colombiana con un PIB (nominal) de 365.402 millones de dólares.


Con ADN neoliberal



Un año después de la creación Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños – CELAC (23/2/10)-, la derecha del continente, liderada por el renegado Alan García, convocó la creación de la AP en abril de 2011. En la década anterior la derecha del continente menospreció los gobiernos de centro e izquierda, que fueron capaces de reorientar el MERCOSUR. Su dogma no les permitió ver, que gobiernos de origen distinto al credo neoliberal, en alianza con sectores de la burguesía nacional, configuraban un nuevo escenario político eludiendo la trampa de los TLC. En esa dirección, antes de la CELAC, se dieron dos pasos significativos, primero el ALBA (2004) y posteriormente la UNASUR (2008), cuyos objetivos no se supeditan al libre comercio ni al poder de los capitales trasnacionales. Para no abundar en datos, basta con leer este aparte del acta de constitución de UNASUR:

La Unión de Naciones Suramericanas tiene como objetivo construir, de manera participativa y consensuada, un espacio de integración y unión en lo cultural, social, económico y político entre sus pueblos, otorgando prioridad al diálogo político, las políticas sociales, la educación, la energía, la infraestructura, el financiamiento y el medio ambiente, entre otros, con miras a eliminar la desigualdad socioeconómica, lograr la inclusión social y la participación ciudadana, fortalecer la democracia y reducir las asimetrías en el marco del fortalecimiento de la soberanía e independencia de los Estados.

Por el contrario, si nos detenemos en su carta de intención, la AP no es solamente una idea bondadosa para hacer negocios, promover el crecimiento y de carácter apolítico. Es una reacción clara frente a los virajes soberanos en la región, pues han despertado y tomaron nota, en el sentido de que lo de UNASUR no es una simple declaración, sino que ha tomado forma, materializándose en cambios reales para los trabajadores y los sectores populares. Es por ello que la derecha y los gringos necesitaban un nuevo espacio para trabajar por el libre comercio, la competencia y el crecimiento, cuyos excedentes “serán repartidos” por la mano invisible del mercado. No en vano, y en contraste con UNASUR, los objetivos de la AP son:

1. Construir, de manera participativa y consensuada, un área de integración profunda para avanzar progresivamente hacia la libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas;

2. Impulsar un mayor crecimiento, desarrollo y competitividad de las economías de las Partes, con miras a lograr un mayor bienestar, la superación de la desigualdad socioeconómica y la inclusión social de sus habitantes; y

3. Convertirse en una plataforma de articulación política, de integración económica y comercial y de proyección al mundo, con especial énfasis en Asia-Pacífico.

No se necesita hacer un examen exhaustivo para indicar que el ADN de la AP y sus fundadores, Calderón, Piñeira, Santos y del ex presidente Alan García es totalmente neoliberal. Lo anterior se respalda en el hecho que, estas cumbres, en realidad, son grandes ruedas de negocios, esta vez reforzada con la cómica presencia del primer ministro español Mariano Rajoy y la presidente de Costa, Rica, que, por lo menos, tuvo el recato de no usar el narco avión para asistir al sainete.

Delirios de grandeza y astucia para ingresar a la APEC



Los delirios de Santos, que se hace meter en la lista de invitados a ser miembros del Club de los países ricos desarrollados del OCDE (1989) y que ahora aspira a ser miembro de la OTAN (risas de nuevo), se soportan en una innegable campaña mediática, una red de favores al capital trasnacional y medidas concretas dirigidas al crecimiento para favorecer los negocios de un puñado de oligarcas criollos.

Su voltereta contra Uribe no encierra contradicciones de fondo en cuanto al libre comercio, pues ambos son neoliberales; la diferencia radica en quién y con qué alianzas se debe gobernar. Santos le ha apostado a distanciarse, en esta etapa, de la oligarquía agraria más matona, al tiempo que hace cuña para reencontrase plenamente con el sector financiero nacional, mientras pragmática y tramposamente se relaciona con el vecindario.

En la zaga, primero rescató a María Emma que acababa de abandonar el barco del PDA y, con aroma de centro izquierda, posó en la foto e hizo el show, copresidiendo la UNASUR al lado de Nicolás Venezuela; segundo, como recurso ante el fracaso de sus múltiples pedidos de ingreso al foro de la APEC desde 1995, sacó su verdadero as y se hizo coparticipe en el impulso de la AP. Como es sabido, Chile, Perú y México son miembros de la APEC y se supone que tienen la tarea de lagartear la incorporación de Colombia a este foro.

Con el delirio de gran motor de la economía regional, que ni ellos mismos se creen, han colocado un manto de optimismo y, mientras tanto, se dan a la tarea de reorganizar a la derecha neoliberal, jugando el papel de Quinta columna en el proceso de unidad latinoamericana, tal como sucedió en 1826 con el Congreso Anfictiónico de Panamá.

El papel de Quinta columna y los peligros de la nostalgia por el ALCA



En alguna ocasión dijimos, que si bien habíamos derrotado el ALCA en Mar del Plata (2005), ello no significaba que estuviera muerto, y que no había que bajar la guardia, porque los gringos no se iban a resignar a perder su patio trasero. Pues bien, ahora, aprovechando los gobiernos de derecha y la ambivalencia del actual gobierno nacionalista del Perú, se revive el monstruo, mientras Santos encabeza la Quinta columna, sonriendo a la izquierda, cooptando el centro, pero operando efectivamente en la derecha al servicio del Consenso de Washington y de los huérfanos del ALCA. Tenemos que tener presente que la condición de ingreso a la AP, entre otras, es tener un TLC vigente con los EE.UU., no ser miembro del ALBA, no practicar el proteccionismo comercial y sobre todo, que “tengan los mejores entornos regulatorios para hacer negocios en toda América Latina según Doing Business 2013 del banco Mundial” .

Hay que recordar que la astucia no es muy original, pues ya los alumnos más adelantados, los neoliberales chilenos, desde el 2005 encabezaron el Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica (Trans-Pacific Partnership, TPP), que en realidad es un TLC multilateral integrado por modestos países de la de la APEC (Brunéi, Chile, Nueva Zelanda y Singapur); con el mismo guión, hoy grandes economías solicitan o ‘ruegan’ ser miembros del TPP, como es el caso Japón, Australia, Estados Unidos entre otros. Recordemos, que también Alan García se alcanzó a tomar la foto al lado de Barak Obama, en el marco de una reunión del TPP en el 2010.

Tampoco podemos soslayar que la derecha no solo anda organizando mecanismos de integración alternativos y formales a la CELAC, UNASUR y ALBA, pues allí están los golpes de Estado que han terminado con el derrocamiento de gobiernos en Honduras y Paraguay, y los intentos fallidos en Venezuela, Bolivia y Ecuador. Que hayan fallado en sus intentos no significa que cesen de torpedearlos, pues han aprendido lecciones y tienen la capacidad de unir, financiar y brindar un fuerte apoyo internacional a la derecha. Ya vimos recientemente como actuaron en las elecciones presidenciales en Venezuela, desconociendo el triunfo de Nicolás Maduro y llamando a la desestabilización.

Los socios de la AP, ni tan iguales ni tan competitivos



Por algo la cumbre no se hizo en Buenaventura. Es claro que el Pacífico colombiano sufre una de las peores asimetrías en comparación con el resto de los países de la región. Si de comercio se trata, lo lógico es que la Cumbre se hubiera realizado en Buenaventura, pero no tenía presentación hacerlo en el abandonado, violento y destartalado Puerto. No convenía un escenario como Buenaventura para tan adinerados huéspedes ni para el hiperbólico discurso de Santos, pues según el diario El Comercio de Lima ((abril 25 2012), “el puerto del Callao (Perú) movilizó 1,6 millones de contenedores en el 2011 con crecimiento del 20%, Guayaquil movilizó 1,4 millones de contenedores el año pasado y se ubicó en segundo lugar. El tercer y cuarto lugar lo ocuparon los puertos chilenos de Valparaíso y San Antonio con 973.000 y 854.000 contenedores movilizados, respectivamente. Les sigue Buenaventura de Colombia que movió 748.000 contenedores.” En este dato, hay que tener en cuenta que Colombia tiene 17 millones de habitantes más que Perú, 30 más que Chile y cerca de 31 más que Ecuador. La comparación con los puertos de México sería más que odiosa.

Sale más barato el transporte de un contenedor de mercancías desde la China hasta Buenaventura, que de Buenaventura a Bogotá. Y no es un chiste, se trata de una realidad constatable, pues el propio Santos en agosto del 2012, en otro globo mediático, dijo que “el transporte de un contenedor desde los puertos en el Caribe o en el Pacífico hasta Bogotá, tiene un costo de USD 2.400”. El informe de competitividad global sobre infraestructura indica que “mientras que el país ocupa el puesto 68 en la tabla de competitividad global, que mide a 139 naciones, en calidad de carreteras cae al puesto 108, por debajo de Ecuador y Perú, puestos 83 y 92, respectivamente.” Y no es un secreto que un contenedor para llegar de Buenaventura a Bogotá dura en promedio 20 horas, si no hay lluvias, derrumbes o trancones en la vía etc.

Enorme disparidad en la calidad educativa. Bastante trecho hay entre las universidades colombianas y la UNAM de México, la San Marcos de Lima y las universidades Nacional y Católica de Chile. Chile, que ha privatizado en gran medida la educación, se ha adecuado desde los 80 para ser competitivo colocando la educación al servicio del libre comercio. Este país con relación a Colombia tiene un promedio alto de calidad en Educación superior, pero no logra acercarse significativamente a los promedios del OCDE, del cual es miembro pleno.

Según el Observatorio de la Universidad en Colombia, nuestro país solo genera, “en promedio, unos cien doctores anuales, mientras que en México y Brasil esa cifra asciende a 2.000 y 9.000, respectivamente. (…) Solo el 12,4% de los profesores universitarios en el país tienen doctorado, mientras en otros países de la región su participación está entre 30% y 50%”. En tal sentido, también hay una exageración al afirmar que el libre tránsito nos permitirá exportar profesionales. En el caso de los intercambios estudiantiles, de lejos y sin tanta alharaca, en Argentina hay muchos más estudiantes universitarios colombianos que en Chile, Perú y México juntos.

Falacias

La AP no es una comunidad económica, se trata una unión aduanera, adecuada para países firmantes de los TLC con EE.UU. Desde la teoría general de la integración comercial aún no hay claridad de que se trata la AP, no sabemos cuál es su naturaleza jurídica y no ha cumplido sus trámites ni en el parlamento colombiano ni en las cortes. Santos nos ha dicho que es un proceso de integración similar a la Unión Europea, superior al MERCOSUR, pero esta es una exageración en el sentido que la libre circulación de trabajadores es una caricatura y la libre circulación de capitales está atada a las trasnacionales con grandes inversiones en Chile y México. En realidad se trata de un esquema comercial que permite hacer uso de la cláusula de nación más favorecida, donde cada una de las partes garantiza a la otra un tratamiento tan favorable como le haya otorgado a terceras naciones, y como la condición es tener TLC con EE.UU, lo que empieza es a constituirse el ALCA indirectamente y así ganan en control las trasnacionales y tienen la vía libre para encadenarnos a Minería.

No hay tal salto del comercio con Asia. Países como Chile, Perú y México tienen ya una larga experiencia, afinidad y conexidad con los países de Asía, de allí que también es exagerado decir que la AP inaugura una nueva era. Más vale sacar las cuentas de los costos que implicará bajar los aranceles y exponernos a la avalancha asiática vía la AP. Instalar dos burócratas en una embajada conjunta en Singapur no representa el gran salto ni mucho menos.

Si son tan buenos los beneficios, porqué un gremio cúpula como la SAC se ausentó de la Cumbre. Presentar la suma mecánica de las economías, cifras de comercio y que por tener 210 millones de habitantes somos la octava potencia mundial raya con el delirio, pero en realidad es una argucia para forzar la realidad y así poder presentar a la AP como el escenario ideal para la integración. Sin embargo, la SAC que no se hizo presente en la cumbre, dice que están en juego más de 1’254.000 empleos, y que van a darse pérdidas en más de 200 subpartidas arancelarias, dado que se van disminuir las barreras de protección que hoy se tienen.

No nos dice el Gobierno que está juego la Franja Andina de precios que impide, en parte, que estemos invadidos de productos agrícolas, asunto lesivo para la producción nacional, pues basta ver nuestra balanza comercial con los socios de AP, y solo por nombrar un ejemplo, Colombia tiene una balanza comercial desfavorable con México de 5.000 millones de dólares.

El libre tránsito de personas. La visa AP no es más que un contentillo mediático, pues los trabajadores y el común de los pobladores, en realidad, nunca o casi nunca viajan a esos destinos, y quienes realmente lo hacen son los comerciantes, que en realidad nunca han tenido ese tipo de problemas. Nadie puede decir que viajar en el pasado por los países al sur de Colombia ha tenido serios impedimentos, más allá de las distancias y claro, los costos. En promedio un vuelo Bogotá-Lima cuesta 380 dólares, Bogotá-Santiago 720, Bogotá-México 820 con relativamente pocas frecuencias, mientras que el promedió entre Bogotá y Miami es de 450 dólares y con un número grande de frecuencias diarias, de allí que la AP no va a impulsar a quienes hacen negocios para que radicalmente cambien sus nichos de comercio.

Conclusiones

- La AP no es una astucia original ni mucho menos autónoma. Obedece, en gran medida, a los intereses de los EE.UU., en el marco de la APEC, y su operación es similar a la iniciada por los chilenos con el TPP – Asia Pacífico.

- Dado que, los cambios en América Latina son de mediano y quizá largo alcance, la ganancia de la derecha colombiana es que aprovecha el contexto para ser bendecido en todos estos foros internacionales y desde luego jugar como Quinta columna. Gráficamente podemos decir que Santos y compañía, son los utileros que hoy le instalan los flotadores al ALCA, sin perder la vieja tradición de perros falderos del imperio en el Congreso de Panamá en 1826, la guerra de Corea, la agresión en las Malvinas, el voto en contra del Estado en Palestina y el apoyo a la invasión a Irak.

- La AP no integrará realmente la economía Colombiana en el pacífico, se trata de una vitrina para ofertar negocios, esconder los tristes resultados del TLC con EE.UU, lavar imagen política ante la Unión Europea y servir de peón de brega haciéndole los mandados a los gringos, hoy en la disputa con las grandes economías asiáticas.

- Este catálogo de ‘buenas intenciones’, esconde una nueva ofensiva del capital trasnacional y vienen por la construcción de un ALCA recargado. Sus cumbres son, en realidad, ruedas de negocios, que nada tienen que ver con la Democracia, pues en estas decisiones poco cuentan los parlamentos y nada tiene que ver con los pueblos, pues la alfombra en la cumbre de Cali se extendió para 400 empresarios del más alto estirpe, escondiendo la pobreza local y con la cordillera occidental como cortina para impedir que se viera la triste realidad de los pueblos que habitan el Pacífico colombiano.


El escenario está abierto y será la continuación de lucha, el reagrupamiento de fuerzas, la creatividad para fortalecer la autonomía y la unidad lo que permitirá reorganizar la resistencia contra el ALCA recargado. El avance del bloque de izquierdas en Chile, el avance del FMLN en el Salvador, la resistencia del pueblo Mexicano, las luchas desde abajo en Perú para rectificar el rumbo, la consolidación del revolución ciudadana en el Ecuador, la reafirmación de la Revolución Sandinista, además de la solución pacífica del conflicto en Colombia, son las tareas políticas que desde el corredor del Pacífico le cerrarán el paso a la llamada AP y al ALCA y, al tiempo, permitirán el avance hacia la consolidación de la CELAC y la autodeterminación de nuestros pueblos.

Alfredo Holguín M.


Militante de base del PCC

Integrante de la Fundación Walter Benjamin

Tynset, Noruega mayo 30 de 2013



miércoles, 10 de abril de 2013

El PDA y su Equívoco en la Lucha por la Paz


Compañeros, en política 2+2 no suman 4

También el paro cafetero fue exitoso. De eso no hay ninguna duda, pero además, los comunistas y otras fuerzas que integramos el movimiento socio político Marcha Patriótica no solo nos solidarizamos, sino que, modestamente, donde tenemos influencia, lo apoyamos material y políticamente. No nos atravesamos como rumiantes yertos en la vereda, ni impedimos el pronunciamiento de apoyo de las diversas organizaciones sociales allí donde incidimos.

Nadie relevante, desde la izquierda, señaló a Salvación Agropecuaria, ni a la dirección del PDA, como auxiliares del expresidente Álvaro Uribe, quien de manera oportunista se sumó al paro cafetero. Ningún sector consecuente tuvo la incongruencia de quitar el apoyo a esta justa movilización, por el graznar, con el perdón de los pájaros, de los adláteres de Uribe. Tampoco esgrimimos el carácter reaccionario que en el pasado han tenido algunos de los medianos caficultores, ni inoportunamente nos dedicamos a señalar, en ese momento, la sobreexplotación de los humildes jornaleros del café por parte de los finqueros. Lo relevante, entonces, era apoyar esa justa movilización y así lo hicimos.

Esa unidad de acción, la motivó la crítica situación de este importante sector del agro. Nosotros fuimos sensatos en no reproducir la injuria del Gobierno, al afirmar que el senador Robledo y la compañera Clara López, directa o indirectamente, apoyaban la reelección del uribismo. En esa misma dirección, no hay que olvidar que, cuando iniciamos la ardua lucha contra el ALCA y después contra los TLC, hubo sectores mecanicistas que no asumieron la tarea, con el peregrino argumento, que esta lucha también beneficiaba a los empresarios. Lo que primaba no era salvarlos, sino impedir lo que estamos viendo con el arrasamiento de lo que queda de la producción nacional. Entonces, por fortuna, la mayoría del FSP, y posteriormente del PDA, acertamos en la unidad de acción y, hay que decirlo, la lucha tuvo importantes resultados políticos para la  izquierda y los sectores democráticos.

Dicho lo anterior, con la Marcha del 9 de abril no cabe la menor duda, de que la dirección del PDA se equivocó al confundir la unidad de acción frente a un tema específico, con lo que significa el accionar unitario en política. Mal les queda, a algunos dirigentes del PDA, editorializar en el sentido de que la exitosa movilización por la paz era para hacerle el juego a la reelección del presidente Santos o lavarle la cara a la administración Petro. En esa misma dirección, se equivocan los dirigentes de las organizaciones sociales que mandaron el mensaje, también equívoco, de no salir a marchar por la paz.

Los comunistas reconocemos, que nos hemos equivocado en el pasado al elegir con quien hacer unidad de acción. Por ejemplo, Gilberto Vieira con gallardía reconoció, que erramos con nuestra apreciación frente al UNIR, dirigido por Jorge Eliecer Gaitán. No participamos de la Marcha del Silencio, pero posteriormente rectificamos y organizamos la resistencia agrarista al lado de los liberales consecuentes, y por eso hemos compartido sinceramente, que el día de las víctimas sea el 9 de abril, y por ello, lo más sensato para abrir camino hacia la reconciliación nacional, en homenaje a las víctimas y por la paz, era marchar.

Frente a la marcha del 4 de febrero del 2008, en el PDA no nos pusimos de acuerdo. Para entonces, Gustavo Petro se equivocó al invitar a marchar muy cerca de la movilización uribista contra las FARC. Nosotros y otros sectores también nos equivocamos al decirle a nuestras bases, que había que quedarse en la casa, pero el doctor Gaviria, entonces presidente PDA, acertó al impulsar, temprano, la toma de la Plaza de Bolívar en favor de la lucha por la paz.

Hoy, lo importante es que se ha generado un gran hecho político y, siendo consecuentes con el Ideario de Unidad, la lucha por la paz está al centro de la vida política nacional. Los Progresistas, la Marcha, el Congreso, Vamos por los Derechos, las bases del PDA y sectores afines al Gobierno sumamos, en unidad de acción, cientos de miles de compatriotas que, conscientemente y sin astucias, le apostamos a este propósito común. Las especulaciones políticas de la compañera Piedad no pueden ser óbice para soslayar el compromiso por la paz, no bastan las declaraciones.

Compañeros y compañeras: Ni Bolívar se hizo colonialista por su unidad de acción puntual con los ingleses, ni Mao nacionalista por su unidad de acción, también puntual, con Chiang Kai-shek. Por ahora, lo urgente es la solución política y que la guerra cese. Lo prioritario en estos momentos, es reconocer nuestros aciertos y no recaer en los errores del pasado. Lo coherente es trabajar juntos por un frente político amplio, que más allá de la unidad de acción, nos conduzca a enfrentar unitariamente a los diferentes sectores de la oligarquía, que en lo esencial, no tienen contradicciones antagónicas entre sí.

Alfredo Holguín M.

Militante de base del PCC

 Coordinación europea del PC/JC

Miembro de la Fundación Walter Benjamin

Tynset, Noruega, Abril 10 / 2013

lunes, 8 de abril de 2013

Llamamiento de Plataforma Europea por la Paz de Colombia


El 9 de abril y la esperanza en Colombia                                                                                                                                                            abril 9 de 2013

La Plataforma Europea por la Paz de Colombia ratifica el compromiso de cientos de organizaciones y personalidades que, allende el Atlántico,  hacemos modestos pero sinceros esfuerzos  para que en Colombia se canalicen los conflictos, y para que  a través de las vías democráticas se resuelvan las contradicciones.

Convencidos que la paz no es ausencia de conflictos, abogamos porque éstos se tramiten superando el uso de las armas. Hoy, cuando la humanidad ha alcanzado sorprendentes desarrollos culturales y científicos, el respeto a la vida ha de ser un imperativo insalvable. No se puede absurdamente invocar guerras justas cuando la tragedia enluta una sociedad entera, no se puede enarbolar justos propósitos con métodos ruines, no se puede ondear la bandera de la libertad de los vencedores sobre la cima de una sociedad ahogada en la barbarie.

El 9 de abril se constituye en una acción que cultiva la memoria de los vencidos, enaltece la memoria de las víctimas y nos compromete  proactivamente, desde diversas visiones, en la construcción de un horizonte que permita a los y las colombianos dejar de contar la historia como una sucesión de violencias.

Este 9 de abril ha de convertirse en ese gran ejercicio de diálogo, donde nos despojemos de los prejuicios, donde el marchar al lado del otro nos permita romper prevenciones, y así, crecer juntos en el interés común y superior de la paz.

La distancia nos permite percibir vientos de sensatez. Estamos convencidos que de materializarse este anhelo, no solo se enaltecerá la  vida de los colombianos, sino que, contribuirá a que de manera decidida América Latina y el mundo den pasos significativos adelante, dejando atrás la época de bárbaras naciones, acercándonos a un mundo mejor.   

Colombianos en Noruega

¡Viva la paz!  ¡Viva la dignidad!  ¡Viva la esperanza!

jueves, 7 de febrero de 2013


Mali

¿Por qué es insensata la intervención francesa?

Alfredo Holguín M.[1]

Entre más hundan sus pies en las arenas del Sahara, más los presionará la disyuntiva entre apoyar a los movimientos democráticos laicos y religiosos seculares de la región, o sencillamente dejar que sus aliados (directos o indirectos) del extremismo les contribuyan a una implosión de los jóvenes estados de África Occidental, y así acentuar su poder Neocolonial. Es muy probable que hagan lo segundo.

1.                  Porque no hay Principios, sino Intereses. Los hechos lo demuestran contundentemente, pues la llamada Primavera árabe no es tal, sino que se trata de un complejo escenario de fuerzas, pujando, a veces en favor de la Democracia, y en otras en dirección del extremismo neoliberal y/o religioso, según el caso y conveniencia. La UE y los EE.UU. que, en un primer momento, salieron en apoyo de Mubarak y Ben Ali, rápidamente se apartaron de los autócratas caídos en desgracia y demagógicamente se convirtieron en adalides de la ‘revolución’ en Túnez, Egipto y sus alrededores. No hay duda, el centro de sus acciones es defender sus intereses, y en ese sentido, la nueva intervención de Francia en Mali, de la mano de un golpista, responde más a cuidar sus utilidades económicas que a una actitud solidaria con los pueblos que habitan Mali. En Mali, aparte de su hipocresía argumental, lo claro es que van a asegurarse los recursos del tercer mayor exportador de oro de África, y de una larga lista de riquezas minerales, entre ellas, importantes reservas de Uranio. Claro, los intereses van más allá, se trata también de cuidar los intereses del conglomerado francés Areva que controla, en la vecina Níger, la industria minera del uranio.

2.                  Porque no se puede ‘sembrar’ la Democracia, y menos si es lanzando bombas. Ante su sed de negocios, las potencias europeas se ‘olvidaron’, que producto de los cambios políticos de los últimos 20 años, los autócratas del nacionalismo árabe fueron los que desmantelaron, en parte, las conquistas de su propio modelo, virando al credo neoliberal. Recordemos, que estos ‘salvadores’ de Mali, primero condenaron los levantamientos populares, que en buena medida se resistían a las nefastas políticas neoliberales, y que, en un mismo acto, exigían apertura democrática en el norte de África. Después, al ver que se les salió de control, el Gobierno de sus aliados, de la noche a la mañana, cambiaron de bando y se volvieron adalides de la Primavera árabe, aliándose inescrupulosamente con todos aquellos que les garantizaran desatar la ingobernabilidad y participar de la repartición del botín, en caso de que triunfaran dichas revoluciones o que, en su defecto, estos países implosionaran. Como lo hemos constatado, se está repitiendo el libreto de las llamadas ‘intervenciones humanitarias’, pues atizan la guerra, llegan los bombarderos, no llega la Democracia y, en nombre de la libertad, destrozan países, afectan gravemente a la población; pero eso sí, garantizan y aumentan, muy eficientemente, la producción petrolera y las importaciones de armas y otras mercancías.
3.                  Porque no se puede luchar por propósitos justos con métodos ruines. La lección está clara: a Sarkozy y Berlusconi no les interesaba ver florecer la Democracia, sino cubrirse las espaldas y ver crecer sus ya prósperas industrias. Recordemos, que ambos tenían negocios turbios con Gadafi. Se advirtió, que no se puede cohonestar con aquellos que arguyen justos propósitos usando métodos ruines; es decir, era y es un despropósito luchar contra algunos regímenes descompuestos del nacionalismo árabe, haciendo alianzas con las más antidemocráticas, brutales y semifeudales tiranías, como Arabia Saudí o Catar, solo por nombrar algunas. No es serio que inviten o a la lucha paranoica e islamofóbica contra el mundo musulmán, cuando ellos, directa o indirectamente, apoyan a los minoritarios, pero eficaces, grupos extremistas religiosos al detal, según sus intereses, llámese Afganistán, Siria o el Sahel. Tampoco lo es alentar, de palabra, a los demócratas de Egipto, cuando bajo la mesa la U.E. y los EE.UU. hacen contubernios con la cúpula corrupta del Ejército, y la retrógrada y neoliberal Hermandad Musulmana en Egipto. No podemos olvidar que el 21 de marzo de 2012 un grupo de militares derrocó al presidente Amadou Toumani Touré en Mali, en un sangriento Golpe de Estado, y entonces, ¿por qué Francia no acudió a defender la Democracia? ¿No será que le incomodaba algún nivel mínimo de autonomía y democracia en Mali? ¿Por qué no se trabajó por buscar una solución política con el Movimiento de Liberación Nacional del Azawad (MLNA)? ¿Por qué dejaron que los grupos salafistas de distinta estirpe (Al Qaeda del Magreb Islámico –AQMI-, Ansar Dine y el Movimiento para la Unicidad de la Yihad en África Occidental –MUYAO-) complicaran la situación y sus bases instaladas en Mali no hicieron sus llamadas operaciones quirúrgicas a tiempo?
4.                  Porque se perdió la confianza con la violación de la resolución 1973 de la ONU sobre Libia. No fueron pocos los análisis serios que apuntaron a que, si se sobrepasaba la resolución 1973 de la ONU sobre Libia, sencillamente, se manoseaba la voluntad de las naciones; y efectivamente, se tiró la llave al mar, pues hoy, en los diferentes cálculos geoestratégicos, es muy difícil que la ONU pueda buscar una solución negociada en el caso Siria, después de lo sucedido con Gadafi. Aunque son situaciones distintas, a muchos gobiernos que confían en la ONU, como un órgano para construir consensos sobre la base de sus principios, hoy se les dificulta incidir de forma efectiva, a pesar de la resolución 2071 sobre Mali, que en últimas, lo que hacen es lavarse las manos y dejarle la puerta abierta a la intervención a la francesa, con careta de la ONU. Los franceses irán solos, entre otras cosas, porque Mali, como patio trasero francés, no tiene más dolientes, y ellos lo saben. La implicación de la CEDAO (Comunidad Económica de Estados de África Occidental) no es más que una presión a muchas de sus excolonias, para que, en caso de que sea necesario, la sangre intervencionista que se derrame, también sea africana.
5.                  Porque, según la experiencia, los resultados anunciados serán adversos. Los Gobiernos de occidente no tienen autoridad para exigirle temperamento al vecino Gobierno de Argelia, cuando hace apenas dos décadas lo dejaron literalmente solo ante el avance del fundamentalismo religioso, y hace apenas hace unos meses, alentaban la caída de la actual Administración. Se equivocan, si creen que a Estados como Argelia se les olvidó lo recientemente sucedido con sus similares de Túnez y Egipto, donde se impone la Sharia y las ya debilitadas constituciones laicas languidecen. En Mali, ninguna fuerza laica, ni siquiera los musulmanes seculares, van confiar en incursiones militares sin conseguir consensos locales previos, pues saben, por experiencia, qué resultados arrojará guerra ‘humanitaria’. En últimas, a además de garantizar sus negocios, se trata blindar a Europa y los EE.UU. contra lo que ellos denominan terrorismo, sin importar la suerte de los pueblos en la periferia.
6.                  Porque la política del doble rasero solo genera monstruos. Francia se queja, argumentando que el resto de la OTAN la ha dejado sola en esta nueva intervención militar. Quieren, ahora, ignorar la vieja regla colonial sobre el reparto de África, que se hace en Berlín, París o Londres, en la que, sobre el terreno, cada uno defiende su patio trasero.
 
El problema, es que la OTAN tiene muchas guerras inconclusas, cuyos resultados no se corresponden con los propósitos justificadores iniciales. En Afganistán, la política del doble rasero -apoyar fundamentalistas contra el gobierno afgano en la década del 80- fortaleció a Al-Qaeda en el llamado cercano oriente y en el norte de África y el Talibán, reorganizado está al acecho para regresar a Kabul; en Irak, la tarea de deshacerse de su viejo aliado Sadam Hussein condujo a un país fragmentado y gobernado, por ahora, por las facciones chiítas; Somalia no existe como Estado; por el contrario, la guerra no acaba y, actualmente, Libia recorre el mismo camino. ¿Ese será el destino de Mali? ¿Qué hace pensar que esta guerra no traerá más sufrimientos y miseria para sus pueblos, que no se repetirá la historia una y otra vez?

Buscar caminos diferentes

Lo sensato entonces, sería oponerse a las guerras y trabajar para construir soluciones políticas, y así evitar más desplazamientos y ataques contra la población civil, bien sea desde la metralla integrista o desde las bombas de la OTAN. Lo razonable es la cooperación para sacar a millones de personas de la miseria y la ignorancia, que son los escenarios propicios donde se alimentan los extremismos de todos los pelambres. El presidente Hollande, en vez fungir en las calles de la histórica Tombuctú como un Napoleón de Opereta, podría dar el primer paso indemnizando y dando un trato digno a los miles y miles de ciudadanos de Mali que son perseguidos y humillados en las calles de Francia.
No se necesita ser un geógrafo para advertir que las fronteras de la región fueron trazadas con regla por las potencias coloniales. En esa dirección, una tarea, en la cual la ONU ha de estar a la cabeza, es asumir como justa y legitima la lucha del pueblo Tuareg, incluidas sus organizaciones religiosas, que son ajenas a prácticas fundamentalistas, de manera que, por medio del diálogo, se puedan reconstruir las fronteras, acorde con la aspiración y las formas de gobierno y autonomía, según las particularidades históricas y culturales de ese rico y multicultural continente, con Mali como caso emblemático. En esta misma dirección hay que apoyar e impulsar la lucha de los polisarios en el Sahara Occidental ocupado por el régimen de Marruecos, con la venia de Europa.
Lo contrario es un escenario más complicado, pues mientras las tropas francesas ocupan los centros urbanos, las otras fuerzas se han replegado temporalmente, ya que las armas fluyen desde todas las direcciones: la industria militar de occidente, los regímenes de la península arábiga y del bazar libio. Desafortunadamente, se repite el caso: la foto del presidente francés en Tombuctú es para justificar intereses canallas, y esta agresión posiblemente terminará por desestabilizar el resto de África Occidental. Lejos de lo que algún día impulsaron dirigentes como el líder independentista Modibo Keïta (Presidente entre 1960 - 1968), esta injerencia será el retorno de la parábola hacia el periodo entre 1864 y 1900, cuando los colonialistas franceses se enfrentaron a los gobiernos musulmanes, que entonces gobernaban como Califas este mismo territorio. No es, pues, razonable, desde ningún punto de vista, cohonestar con esta nueva insensatez.
Tynset, Noruega – 05-02-2013


[1] Militante de la Coordinación del PCC en Europa (Colombia). Miembro de la Fundación Walter Benjamín. Miembro de SV (Noruega)